viernes, 17 de agosto de 2007

algunas causas


En Argentina Prevalencia en adultos:

El primer informe publicado sobre consumo de tabaco en Argentina se realizó en 1977. Joly y colaboradores encuestaron a 1.540 individuos de 15-74 años en La Plata, y encontraron que 54,4% de los hombres y 20% de las mujeres eran fumadores. Esta prevalencia era la más alta entre las otras siete ciudades de América Latina incluidas en el estudio. Por otra parte, 15% de los hombres y 35% de las mujeres eran ex fumadores y 38% de los hombres y 18% de las mujeres eran fumadores de más de un atado diario. En 1988, una encuesta hecha por Gallup en adultos en Buenos Aires mostró una prevalencia de 43% en hombres y 31% en mujeres. La prevalencia era mayor entre personas de alto nivel socioeconómico. Una encuesta de Catterberg hecha en 1991 en 727 adultos en Buenos Aires mostraba una prevalencia de 48% en la franja de 25-34 años. Actualmente, 40% de la población adulta fuma y 40.000 personas mueren todos los años por enfermedades relacionadas con el tabaco, lo que representa el 15,7% del total de los decesos en mayores de 34 años.


Prevalencia en niños y adolescentes

En 1988, Álvarez encuestó a 1.923 hombres de 18 años antes del ingreso al servicio militar; encontró que 50% había fumado durante el último año y 44% lo había hecho durante el último mes. El 40% de ellos había empezado a fumar antes de los 14 años. En una encuesta realizada en más de 3.900 escolares de primero y cuarto años de escuelas secundarias públicas y privadas de Buenos Aires, en 1997 se observó que el 29% de los varones y el 32% de las mujeres eran fumadores. El 20% de los alumnos de primer año (edad promedio 13 años) y el 43% de los alumnos de cuarto año (edad promedio 16-17) consumían cigarrillos de manera habitual. Este mismo estudio arrojó otro dato alarmante: 3 de cada 10 adolescentes habían probado el cigarrillo antes de los 11 años. En una encuesta realizada en 2.500 alumnos de 13-15 años de escuelas públicas de Buenos Aires en el año 2000 se observó que 70% de ellos vivía en hogares donde al menos un adulto fumaba; 60% de los alumnos había probado un cigarrillo y 30,9% de los varones, así como 33,8% de las mujeres eran fumadores. Cabe señalar que más de la mitad de los fumadores había intentado dejar en el último año sin lograrlo y 64% de ellos compraban cigarrillos en los kioscos a pesar de la ley que establece que no se pueden vender cigarrillos a menores de 18 años. En un artículo publicado recientemente se demostró que 22% de los residentes de pediatría de ocho hospitales de alta complejidad de diferentes grandes ciudades de Argentina eran fumadores. De ellos, el 38,9% admitió fumar más que antes de incorporarse a la residencia y durante la guardia. En Argentina, la exposición al humo de tabaco ambiental es alta. De hecho, un estudio reciente realizado en siete países de América Latina muestra que Argentina es el país con mayor exposición. Existen niveles altos de nicotina en hospitales, edificios públicos, restaurantes, aeropuertos y escuelas secundarias.

Fumadores moderados
Entre 50 y 100 paquetes por año.

Fumadores intensos

Más de 20 cigarros diarios.
Si se es muy adicto, se fuma de 2 a 3 cajetillas diarias.
Para evitar que esto sea extremo es recomendable masticar chicle frecuentemente. paquetes por año = paquetes fumados al día por años fumando. En promedio mundial mueren al día cerca de 1200 fumadores intensos.

Fumadores pasivos

Artículo principal:
Son aquellas personas que no fuman, pero que están en contacto constante con los fumadores e inhalan el humo del cigarro; los fumadores pasivos también pueden contraer problemas en las vías respiratorias


¿Por qué los adolescentes prueban por primera vez tabaco?

En un metanálisis de casi 30 estudios prospectivos sobre el consumo de tabaco en jóvenes, Conrad, Flay y Hill vieron que el inicio está determinado por factores que incluyen:
• padres y amigos íntimos que fuman,
• poca autoestima,
• haber dejado la escuela,
• actitudes positivas respecto al consumo de tabaco,
• otras conductas de riesgo asociadas y depresión. Existen evidencias que indican que la exposición prenatal y durante los primeros años de vida al humo de tabaco ambiental sería un factor predisponente para la iniciación al hábito durante la adolescencia. En la exposición prenatal al tabaco, la neurotoxicidad por nicotina produce alteración celular que persiste hasta la adolescencia. Esto deja una impronta en el cerebro que favorece el tabaquismo en el niño al inhalar por sí mismo nicotina, lo que puede desarrollar el hábito con mayor frecuencia que en los hijos de madres no fumadoras. El entorno colabora en este aspecto, tanto por la influencia familiar como por la integración de grupos en los que se consume. El entorno familiar puede favorecer la iniciación en presencia de padres fumadores o madre fumadora durante la gestación o la lactancia. La visión positiva del tabaco en el núcleo familiar, la percepción del placer por el cigarrillo por parte de los adultos, la publicidad permanente y la búsqueda de disminuir tensiones constituyen el desarrollo de la llamada "tolerancia social". Según el Licenciado Hugo Miguez: "Se puede hacer aquí lo que en otros lados está prohibido. Los adultos nos horrorizamos ante el cáncer de pulmón pero, sin embargo, admitimos la invasión de tabaco en todos los ámbitos de los adolescentes. Les ponemos la camiseta con la marca, le pintamos el parador de la playa y le hacemos un guiño cuando fuma".
Etapas en la adquisición de la adicción Entre el período de prueba y el consumo diario suelen pasar aproximadamente 2 o 3 años. Este es el llamado período de habituación.


Las etapas por las que puede transitar el adolescente hasta la adquisición de la adicción son:

• Preparatoria (jóvenes que no han fumado): forma actitudes y creencias sobre la utilidad de fumar.

• Prueba: se consumen los primeros cigarrillos de manera ocasional.

• Experimental: fuma de manera repetida pero irregularmente.

• Consumo regular: fuma por lo menos una vez por semana (puede dejar de fumar). • Adicción: necesidad fisiológica de nicotina. Así, según el CDC de Estados Unidos, los adolescentes se pueden clasificar en:

• Nunca fumadores: jóvenes que nunca han fumado un cigarrillo (ni siquiera una bocanada).

• Alguna vez fumadores: jóvenes que alguna vez han fumado (aunque sea una o dos bocanadas). • Fumadores: jóvenes que han fumado por lo menos una vez en los últimos 30 días.

• Fumadores frecuentes: jóvenes que han fumado por lo menos 20 de los 30 días anteriores a la encuesta.

No hay comentarios: