Raramente se comienza a fumar después de los veinte años de edad. Esto significa que para mantener un nivel seguro de demanda en el futuro, la industria tiene que tener como objetivo a los niños y adolescentes.
Los niños fuman inducidos por sus pares, influidos por el modelo fumador de adultos y seducidos por la publicidad de los cigarrillos, que se dirige a ellos en forma indirecta, directa, artística, subliminal, deportiva y en todas las variedades de fascinación para su persuasión al tabaquismo.
El tabaquismo infantil activo o pasivo es una forma violenta y perversa de maltrato, impulsado por la industria del tabaco y aceptada por el gobierno por los beneficios económicos que produce la venta de cigarrillos.
La Organización Mundial de la Salud ha impulsado un Convenio Marco para el Control del Tabaco, que pretende generar una normativa mundial eficaz, para frenar la epidemia de tabaquismo y de enfermedades vinculadas al mismo, y a su vez poner fin a décadas de engaño a la comunidad, por parte de una industria.
Para defenderse las tabacaleras desarrollaron nueva estrategia para seguir manteniendo sus ganancias: ofrecer una regulación voluntaria de la publicidad y dirigirla sólo para adultos fumadores.
Sobre esto la O.M.S afirma que ningún país ha tenido éxito en el diseño de regulaciones especialmente las voluntarias, para eliminar la exposición de los niños a la publicidad del tabaco, mientras se permita la publicidad "orientada sólo para adultos".
La autorregulación por códigos voluntarios invariablemente fracasa, porque nunca fue concebida para tener éxito.
viernes, 17 de agosto de 2007
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